“He pintado un colibrí»
o
¿Cuál de los dos te parece más interesante, o te llama más la atención?
Estoy segura que contestaste: el dibujo.
Para introducir esta práctica de “mostrar en lugar de contar” quise comenzar exactamente con eso, una demostración!
El arte de mostrar resume bastante bien el arte de la narración y la escritura narrativa, el corazón de cada novela.
¿Cuál es la diferencia entre “contar” y “mostrar”?
Cuando “contamos” en la narrativa, estamos utilizando etiquetas muy amplias y adjetivos muy simples para explicar una escena, situación, personaje etc. Estamos sencillamente diciendo que algo es así. Estamos dando un resumen.
Por ejemplo : Ana está contenta.
Cuando “mostramos” describimos los detalles, usamos acción, emoción y diálogo para que nuestro lector “visualiza” la escena. Cuando mostramos nuestros lectores pueden vivir la escena como una experiencia, casi como si estuvieran presentes. Por lo tanto, “mostrar” dramatiza.
Te doy un ejemplo de mi novela Querido Miércoles. Es una escena donde Miguel está nervioso porque Natalia viene a cenar a su casa.
“… enciendo una velas, dejo la luz tenue, golpeo los cojines para que se vean más bombachos y los reacomodo en el sofá. De hecho, es la quinta vez que hago eso, o la sexta… ya perdí la cuenta”.
Ahí podemos visualizar a Miguel, repitiendo el mismo movimiento de golpear los cojines. Es lo que hace una persona que va a recibir un invitado importante, que quiere que todo se vea perfecto, pero su nerviosismo hace que repita sus acciones y movimientos.
¿Hay que usar esta estrategia siempre?
La mayoría del tiempo sí. Pero hay momentos que es más recomendable de simplemente contar. No necesitamos entrar en detalle para hablar de acciones o movimientos que no tienen un gran impacto para la historia, o que no ayudan a avanzar la trama, o que son repetitivas.
Por ejemplo: Marco subió al coche y se fue al centro de la ciudad.
No se trata de una acción muy importante, ni tiene que ver con la trama. Contamos solamente que Marco llegó de un punto al otro.
Claro si este acto tiene un impacto importante en la trama, porque algo va a pasar durante este trayecto, es otra cosa, habrá que describir en más detalle el camino, su manera de manejar, mostrar en estado de ánimo se encontraba y otros detalles por el estilo.
¿Cómo podemos “mostrar” en lugar de “contar” en la narrativa?
1. Al usar detalles: Describe las situaciones, escenas, emociones con detalles. Por ejemplo:
Laura es muy tímida.
Para “mostrar” la timidez de Laura pregunta: ¿Qué hace una persona tímida? ¿Cómo se comporta? Imagina los movimientos y acciones de este personaje.
Podemos decir algo por el estilo: Laura se sentó en la última fila, lejos de la muchedumbre, mantenía la cabeza agachada y su mirada fijada en el piso.
2. Evitar adverbios
El camino al infierno está pavimentado con adverbios- decía Stephen King
Aquí me refiero a aquellos adverbios que terminan por lo general en “– mente”. Son fáciles de utilizar para explicar la manera en que se realiza una acción, el punto de vista, o para referir a un tiempo determinado o el orden de las cosas. Sin embargo, hay mejores maneras de expresar esos conceptos.
Por ejemplo
Probablemente = es probable que
Fácilmente = con facilidad
Técnicamente hablando = desde el punto de vista técnico
3. Usar verbos y sustantivos en lugar de adverbios/adjetivos
Si utilizamos verbos y sustantivos estaremos obligados a recurrir a la descripción y la demostración.
Por ejemplo: Don Enrique es un hombre determinado.
Podemos sustituir por: Cuando Don Enrique tiene una idea en mente, nada ni nadie lo para. Parecido a un pitbull, no suelta por nada en el mundo y no descansa hasta alcanzar su objetivo.
4. Usando diálogo.
El diálogo siempre “muestra”, nunca cuenta. Son los personajes que hablan, no el autor, y los diálogos nos conducen sin falla hacía el momento presente y lo que está pasando.
Por ejemplo: Rebeca estaba molesta porque Luis no le había devuelto su libro sobre el cambio climático.
Sería mejor decir: Rebeca clavó su mirada en la suya y dijo: “Aún no me has devuelto mi libro sobre el cambio climático. ¿Cuándo piensas hacerlo?¿cuando la banquisa polar haya desaparecido por completo?”
5. Utilizar los sentidos: al evocar olores, sensaciones, colores y sabores puede que el lector haya experimentado los mismos y los recordará al leer.
Por ejemplo: Era un jardín exuberante.
Podríamos cambiar por: Era un jardín con flores amarillas, rojas y naranjas, que me embriagaban con su dulce fragancia.
6. Nunca mencionar una emoción.
En lugar de mencionar que una persona está alegre, contenta, furiosa, enojada, triste, podemos expresar esta emoción a través del lenguaje corporal, acciones, movimientos, y también diálogo.
Un ejemplo: Jorge estaba aburrido
Se puede describir mejor de esa manera: Jorge se puso hacer garabatos en la hoja de papel. Miró el reloj y apenas 2 minutos habían pasado. Parecía que la hora no acabaría nunca.
Si puedes mostrar a tus lectores una escena, tendrás una historia emocionante. Mostrar requiere más esfuerzo que contar, pero hará que tu escena cobre vida. Utiliza muchos detalles y describe con sustantivos, verbos y sentidos. Ten cuidado con los adjetivos, adverbios, ya que tienden a “contar”. Los diálogos por naturaleza “muestran”, así que deja que tus personajes conversen.
En caso de duda, hazte la pregunta de oro ¿Cómo me doy cuenta de que mi personaje está feliz, frustrado, enojado, aburrido…?
“Mostrar en lugar de decir» es tu mejor aliado. Si consigues hacer eso, tus lectores se sumergirán en tus relatos. Olerán las rosas y el café; saborearán el pastel y celebrarán una fiesta como si estuvieran de verdad!
Vivirán en tu historia, ¡y les encantará!