“… El silencio de la noche invitaba a pensar en todas las vivencias que se habrían
desarrollado en aquel convento, un lugar lleno de misterio, pasiones inconfesables,
rencillas y hermandad, historias mundanas a la vez impregnadas de una profunda
espiritualidad. Pensaba en cómo la novicia conviviría con dos sentimientos encontrados,
como son una profunda creencia religiosa, un tanto supersticiosa en esa época, y unos
deseos que, como cualquier chica de esa edad, tenía a flor de piel y que no ocultaba…”
Sinopsis
El hallazgo, quinientos años más tarde, del diario secreto de una novicia, llamada Catalina Téllez, desata en la actualidad una serie de inesperados acontecimientos que se irán sucediendo de forma dramática. En las líneas de ese documento único se esconde un secreto que todos perseguirán.
Marcos, el veterano y sagaz policía, encargado de resolver este misterio, visita el lugar donde todo empezó.
Opinión
Leí este libro en unas horas, la lectura es ágil, amena con una buena dosis de intriga. Me sentí transportada a la España del siglo XVI a través del diario de Catalina, una mujer valiente y amorosa. Saavedra ha sabido diferenciar los estilos de escritura entre una y otra narración de manera fluida. Me gustan las conexiones entre la historia de Catalina y Evangelio situada siglos atrás y la intriga al que se ve enfrentado el inspector Marcos en la época actual. Me quedé con las ganas de saber un poco más sobre los personajes y conocer más detalles históricos. Como a menudo sucede con la autopublicación, hay algunos errores de orden ortotipográfico y la maquetación no quedó muy bien. Pero eso no quita nada a la historia, la intriga, los personajes y ha sido una lectura muy agradable y sorprendente.
Una gran novela que recomiendo ampliamente.
Entrevista con el autor
La historia tras la historia
Cuando me conecté a Zoom para entrevistar a Álvaro Saavedra, me sentí
inmediatamente a gusto. La charla fluía y no hacía falta hacer preguntas. Me encontré con un hombre que habla con pasión sobre la escritura y el proceso creativo al origen de su novela.
Álvaro sabe contar una historia, sabe engancharte, sabe picar la curiosidad y provocar las ganas de saber más. Estoy convencida que hubiera sido un excelente profesor o catedrático, enseñando historia, filosofía o literatura, temas que le entusiasman.
Regresamos un poco al tiempo de los inicios. Álvaro me confiesa que siempre ha querido escribir. Aunque gran parte de su vida profesional ha estado activo en el mundo de la tecnología, en sus inicios y como recién
egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, se ha dedicado a escribir guiones. Cuando me conversa sobre esta época veo iluminar su rostro y su entusiasmo se vuelve contagioso.
Por experiencia, Álvaro sabe que mucho de nuestro aprendizaje pasa por nuestras familias y nuestros amigos. Me cuenta que de joven tuvo la suerte de tener un amigo a quien le gustaba el cine y que le enseñó de ver las películas desde otro ángulo que la mera distracción o un pasatiempo del domingo por la tarde. A partir de ahí, Álvaro comenzó a interesarse en el séptimo arte de manera diferente y más profunda. Se hizo miembro de una asociación llamada la Joven Crítica Cinematográfica, creada por su amigo. La palabra “crítica” aquí se interpreta en su sentido más amplio. La asociación sacó boletines informativos, entrevistaba actores nuevos, escribía sobre los festivales entre otras cosas.
Su amigo no tardó en crear su propia productora donde Álvaro trabajó como guionista. Participó en la producción de películas como «Vera, un cuento cruel», de Josefina Molina, y «Los viajes escolares», de Jaime Chávarri. Co-dirigió y escribió el guion del largometraje documental de divulgación científica «La Historia y la Vida Extraterrestre», mención especial del Festival de Cine de Córdoba y del Festival de El Cairo.
Lamentablemente, las restricciones de aquella época no permitieron que esta actividad diera para un ingreso fijo y estable y se quedó como un pasatiempo y una pasión.
Después de haber participado en el Festival de Cannes, Álvaro, por invitación de uno de
sus hermanos entró en una compañía dedicada a la informática, donde prestó sus servicios por cuarenta años.
Pero el gusanito de la escritura no le soltó. En plena pandemia del coronavirus y recién jubilado se conectó con un amigo que había publicado un libro para sus nietos a través de Amazon. Curioso y entusiasmado investigó sobre esta manera de publicar y se animó a retomar la escritura y a publicar.
«Viaje al Inframundo» fue su primer intento de sumergirse en el mundo del autor literario, en la novela negra. Álvaro comenta que este libro es más un guion que una novela. Con toda modestia y sinceridad me confiesa que considera que no es muy bueno como novela, pero que podría prestarse como guion para una película divertida. Álvaro persevera y en 2020 publica «El Manuscrito (Sanctum)”, una obra mucho más madura que ha sido recibida con muy buenas críticas
Para el autor fue una prueba que no había perdido su habilidad de crear historias nuevas. Sonriendo me confiesa que escribió lo que le venía en mente, tal vez de una forma algo caótica, pero cierto que cada escritor tiene su manera de escribir, y escribir sin método es un método al fin de cuentas.
No cabe duda de que Álvaro Saavedra es una persona apasionada, curiosa, sin pretensiones, abierta a nuevos retos, desafiándose a si mismo, y sobre todo auténtica. Son estas características con las que impregna su pluma.
Para su segunda novela se inspiró en elementos que marcaron su infancia. Me cuenta que el monasterio donde encontró Catalina el manuscrito en el libro lleva la estructura, la ubicación de la finca donde vivían unas monjas benedictinas y que llegó a manos de sus antepasados durante el siglo XIX cuando estaban en vigor las leyes desamortizadoras.
Álvaro recuerda la magia de este lugar y los momentos felices que pasó ahí en su niñez. En los años treinta se quemó un ala de la finca lo que resultó en el descubrimiento de las catacumbas donde quedaron enterradas varias monjas. Con cierta nostalgia el autor narra de que, entre sus ocho hermanos, amigos y primos, se retaban mutuamente para entrar en los subterráneos y sacar un hueso de los nichos. De ahí salió la idea del manuscrito.
El lugar geográfico y la finca no son los únicos elementos ligados a su niñez.
Encontramos en el manuscrito personajes como el hortelano Eleuterio y su esposa Balbina, al igual que el buhanero, el vaquero y el porquero, todos ellos basados en personas que jugaron un papel importante en la juventud del escritor. La gran pregunta para mí seguía siendo ese manuscrito de Catalina. Durante la lectura había notado una gran diferencia de estilos entre la historia de Catalina que se llevó a cabo hace más de 500 años y la manera de escribir de la trama situada en la época actual con Marcos y Beatriz como protagonistas. Me quedé pensando si el manuscrito existía y si Álvaro lo había adaptado para su novela.
El autor me sacó de la duda y su respuesta era una revelación que dejó perpleja.
El manuscrito de Catalina fue lo primero que escribió antes de crear la trama policíaca. Además, inicialmente lo escribió en castellano antiguo y luego lo tradujo. Álvaro confiesa que le gusta volver a leer esas páginas y que, aunque él las anotó, le parece que no son palabras suyas, que el texto le fue como dictado por otra persona. Es como si esta historia fuera parte de su ADN, como parte de él mismo, una historia interiorizada que finalmente se exteriorizó. Me hizo pensar en las personas que son canales y la escritura automática. ¿Podría ser que el autor canalizó las vivencias de Catalina, de una mujer que vivió siglos atrás? Creo que es muy posible.
Lo que es seguro es que este libro está lleno de misterios.
De momento el autor está escribiendo cuatro relatos infelices. Cuatro historias con protagonistas que han vivido situaciones y eventos muy duros en su infancia que no han podido superar en la edad adulta y que por lo mismo llevan vidas tristes.
Estoy ansiosa de leer más de Álvaro. Se considera un escritor novato, pero para mí tiene ya el “músculo” entrenado y desarrollado de un gran autor experimentado.
Lo que si me pregunto es si lo he podido persuadir de continuar a canalizar a Catalina, y compartirnos más sobre la vida de aquella época. Ojalá que sí… porque personalmente me encantaría.
¡Gracias Álvaro Saavedra por compartir la historia tras tu historia! ¡Fue un placer charlar contigo!