Noviembre 2020. Reflexiono sobre este año, un año de pandemia, un año de inseguridad, de aislamiento, de momentos estresantes, un año que pone a prueba nuestra fortaleza interior, nuestra resiliencia, nuestra salud, sobre todo. Pero en medio de este caos, de esta situación angustiante e inverosímil, crecen las semillas de la buena voluntad, de las nuevas posibilidades, de oportunidades de convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos, de sobrepasarnos, de valorar las pequeñas bendiciones, de reflexionar sobre las cosas que son importantes en nuestras vidas.
Este mes otoñal nos ha brindado días con un sol esplendoroso echando su luz benéfica sobre las hojas que se despegan de los árboles para formar un tapiz cubriendo la tierra de miles de tonos cálidos.
Este clima templado y agradable no es lo único que me ha llenado de alegría estos días; estos días me he sentido singularmente apoyada, he tenido ayuda para hacer avanzar mis proyectos, me he sentido animada y estimulada para trabajar en temas que en otras circunstancias y sin su presencia me hubieran tomado meses en terminar, en el mejor de los casos, o se hubieran quedado sin finalizar simplemente. ¡Fueron días coloridos y mágicos!
Gracias, Francisco, por crear mi página web de la nada y convertirla en un deleite para el ojo.
Gracias por tu actitud proactiva, tus consejos y sugerencias y por dedicar tiempo y esfuerzos a este proyecto.
Gracias porque nunca te conformas y no sueltes hasta que quede perfecto para ti y para mi.
Gracias por animarme a producir contenido y recordarme lo mucho que se puede lograr en poco tiempo si nos motivamos.
Ha sido gratificante, enriquecedor, estimulante y divertido unir nuestros esfuerzos y trabajar codo a codo (aunque a distancia) para crear algo bello y útil.
¡Gracias por ser tú!