
Hoy me querría levantar un poco más tarde, pero una de mis supervisoras basada en Canadá tenía problemas para conectarse a nuestra plataforma para las llamadas en conferencia, así que me mandó un mensajito a mi celular y me levanté para ayudar con la conexión. Después estaba tan despierta que decidí de comenzar mi día.
Hace unos seis años atrás años compré el libro de Hal Elrod “Miracle Morning”. Recomiendo altamente este libro. Durante varios meses me dejé guiar por las recomendaciones y me levantaba muy temprano para meditar durante diez minutos, visualizar mis sueños y mi día ideal, hacer diez minutos de ejercicio físico. Los diez minutos consecutivos los dedicaba a la lectura y los últimos diez a la escritura.
Me acuerdo que disfrutaba mucho de estos momentos de tranquilidad, de ocuparme de mi misma, y hacer actividades que me permitieron de comenzar el día de manera positiva. Me di cuenta que esta hora matutina marcaba la pauta para el resto del día: me sentía más organizada, más activa, más enfocada, más productiva y con más paz interior.
Es cierto que ya tiene tiempo que dejé el proyecto y regresé a mis rutinas pre-Hal Elrod. Sin embargo logré mantener una variante sobre este tema: mantengo el ejercicio, la meditación y la escritura.
Descubrí la obra “Camino del artista” de Julia Camerón que nos invita a escribir las “páginas matutinas”. El libro está dividido en doce capítulos, uno para cada semana y cada uno con su tema particular. Aunque al principio se me hizo una pérdida de tiempo, no tardé en darme cuenta que es útil, que es una buena manea de comenzar mi día y que es un espacio donde puedo dejar libre mis emociones, pensamientos, ideas, frustraciones, deseos y sueños. No comparto estas hojas, ni las vuelvo a leer. Aunque ya tiene mucho tiempo que terminé el libro y las doce semanas de escritura matutina, sigo cumpliendo con la cuota de tres páginas.
Me produce placer no solamente de expresar todo lo que me viene en mente sino también la sensación física de agarrar la pluma y dejara deslizar sobre el papel sedoso.
Y tú, ¿tienes una rutina matutina que te alegra el día?
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