En mi oficina tengo un poster que dice “A day without coffee is like…. Just kidding, I have no idea” y si, es muy cierto, no sé lo que es un día sin una buena taza de café.
A la hora de levantarme, es lo que anhelo: un buen café y lo tomo después del ejercicio y antes de escribir mis páginas matutinas. Me gusta comenzar mis días de esta manera: con café y actividades que me hacen sentir bien, que inducen calma y equilibrio, ya que dan la pauta para el resto del día. Cuando me siento bien, las cosas van mejor, soy más productiva, me concentro con más facilidad y mantengo un aire de optimismo y ligereza. Además, he aprendido que para atraer todo aquello que deseamos, lo más importante es alzar nuestra vibración, es decir sentirnos bien, para estar en resonancia con lo que deseamos.
Desde muy joven tomo café y esta bebida lo asocio con momentos de unión y reunión, con una pausa después de haber revisado las clases, como un momento de relajación después de algunas horas de trabajo. En mi casa, este momento era sagrado y aún lo es. Es el momento de convivencia, de plática, de compartir.
El café puede ser reconfortante también, como lo es el té para los británicos. Me llama la atención que en sus series televisivas, el té está tan presente. No falta alguien quien propone hacer té en las situaciones de tristeza; siempre hay una invitación a tomar té cuando hay de por medio una mala noticia, cuando hay un fallecimiento, cuando una amiga tiene el corazón roto. A veces da la impresión que el té es la solución a todos los problemas. El té llena los espacios, los silencios. Así igual para los amantes del café, esta bebida es como un bálsamo para el alma, el aroma calma nuestra mente y sus ingredientes elevan los niveles de endorfinas que a su turno nos ponen de mejor humor. Tomar café nos confirma que todo al cabo se solucionará y que las cosas entrarán en orden otra vez.
¿Cuál es tu bebida reconfortante?